El didyeridú, también conocido por su nombre en inglés “didgeridoo”, es un instrumento aerófono aborígen originario de Australia. Su nombre inglés, sin embargo, no se corresponde con ninguno de los nombres que los pueblos australianos usan para refereirse a él, sino que es un nombre basado en una onomatopeya inventada por los colonos británicos que llegaron a la isla.
De todos los nombres que el instrumento tiene, el más común hoy en día es “yidaki”, propio de los pueblos Yolngu del nordeste de la Tierra de Arnhem, en el norte de Australia. Aunque en sentido estricto este nombre le corresponde a un tipo específico de instrumento y no a la familia entera que en Occidente se conoce como “didyeridú”, esta palabra está aceptada como de uso común.
Existen varios tipos diferentes de didyeridú, cada uno según la zona y la cultura a la que pertenecen. El tipo conocido como yidaki se fabrica a partir de troncos del árbol “Eucaliptus tetradonta”, conocido como “gudayka” por los Yolngu y en inglés como “stringy bark”. De todas maneras, existen variantes del instrumento creadas a partir de otros tipos de árboles, con leves diferencias entre sí. El yidaki en su forma más tradicional se fabrica utilizando un tronco de gudayka que ha sido previamente agujereado por termitas.
Originalmente el didyeridú tenía un uso casi exclusivamente ritual. Sin embargo su uso actualmente es más parecido al de un instrumento más, incluso dentro de muchas comunidades aborígenes. Hoy en día, el didyeridú está ampliamente extendido, y es un símbolo de la cultura aborigen australiana en todo el mundo. Muchos artistas, ya sean australianos o extranjeros, utilizan el didyeridú como parte de su música, especialmente grupos y solistas relacionados con la música experimental o ambient. Además está asociado con otros usos, como la musicoterapia o incluso el tratamiento de patologías respiratorias.
Historia del didyeridú
Los registros más antiguos de la existencia del didyeridú se remontan a unos mil quinientos años atrás. En la región de Ginga Wardelirrhmeng, al norte de la Tierra de Arnhem, se puede ver una pintura que muestra a una persona tocando el didyeridú y dos cantantes participando de una ceremonia Ubarr. Sin embargo, la leyenda afirma que los Yolngu lo utilizan desde hace decenas de miles de años.
Se cree que el instrumento fue adaptado en Australia a partir de algún instrumento de origen asiático, producto del comercio entre ambos continentes. Esto explicaría por qué su uso originalmente se limitaba a las culturas presentes en el extremo norte del país.
Hasta bien entrado el siglo XX, incluso en la década de 1930, el didyeridú era un instrumento exclusivamente conocido en la región norte de Australia. Fue en esta época en la que el antropólogo Donald Thompson, de la Universidad de Melbourne, visitó la Tierra de Arnhem y trajo consigo varios artefactos culturales de los pueblos de la región, entre ellos los primeros didyeridú o “yidaki”. De esta forma el instrumento se difundió al resto del país, incluyendo otras culturas aborígenes.
Durante la década de 1960, fue el músico David Blanasi quien se encargó de difundir el uso del didyeridú en Occidente. Con la ayuda del famoso comediante Rolf Harris, Blanasi se dedicó a popularizar durante varias décadas el didyeridú en el resto del globo, especialmente a través de sus giras. Muchos artistas y grupos de música comenzaron a adoptarlo, y ya en los años de 1980 se encontraba entre la paleta de sonidos de la música occidental. Artistas como Kate Bush, Peter Gabriel, Test Department, y Steve Roach, entre otros, lo utilizaron en sus grabaciones.
Hoy en día es posible encontrar didyeridús en tiendas de instrumentos de todo el mundo, aunque raramente están fabricados con los materiales y técnicas tradicionales de las culturas del norte de Australia.
El sonido del didyeridú
El didyeridú, a pesar de todas sus variantes, consiste básicamente un tubo ahuecado en el centro, con un orificio de entrada de aire y otro de salida. El sonido se logra haciendo vibrar los labios en el orificio de entrada de aire, el cual es amplificado y su timbre modificado durante su paso por el tubo en cuestión. La vibración puede ser modulada por el movimiento de labios o lengua, y también es posible añadir sonidos generados por las cuerdas vocales. Los musicólogos lo ubican en la misma familia de instrumentos que la trompeta, el trombón, o el erke, entre otros.
En su forma más tradicional, el didyeridú suele tener alrededor de 10 centímetros de diámetro, y puede llegar a tener más de dos metros de largo. En una variante, el orificio de entrada es bastante más pequeño que el de salida. Es común encontrar muchos instrumentos donde el orificio por donde ingresa el aire se encuentra recubierto de cera de abeja, para suavizar la superficie donde deben vibrar los labios.
Material y técnica
Los didyeridú tradicionales se construyen con algún tipo de tronco, generalmente de alguna variedad de eucalipto. La más utilizada es la de gudayka o “strungy bark”, pero también se utilizan otras como la “woolybut” o la “bloodwood”. El artesano busca un tronco que ya haya sido previamente ahuecado por la acción de termitas y fabrica el instrumento a partir de esa materia prima.
El tipo de madera, el diámetro del agujero, y el tamaño del tronco matizan el sonido final del instrumento. Por esto, la cualidad del sonido de los didyeridú tradicionales es completamente diferente a la de aquellos producidos industrialmente, en general con PVC o acrílico.
Utilizando una técnica conocida como “respiración circular”, consistente en respirar por las fosas nasales mientras se continúa haciendo vibrar los labios, se puede conseguir un sonido constante que aporta al carácter hipnótico o ritual del instrumento.
Cómo comprar un didyeridú
Comprar un didyeridú puede ser una tarea complicada. No es un instrumento que se encuentre en todas las tiendas que venden instrumentos musicales, e incluso así no es fácil encontrarlos de buena calidad. Además, el hecho de ser un instrumento que no se fabrica industrialmente (al menos en su variante más tradicional), hace que cada instrumento sea diferente y no haya una serie de criterios fijos a la hora de adquirir uno.
Aquí algunos consejos a la hora de comprar un didyeridú:
- Evitar los didyeridú que se suelen vender como souvenirs en tiendas de recuerdos australianas. Mucha gente cree que viajar a Australia garantiza el conseguir un buen instrumento, pero esto es muy lejano a la realidad. Mientras que un didyeridú de tienda de recuerdos puede ser perfecto para usar como decoración, esto no significa que sirva a la hora de ser usado para tocar.
- Los precios varían mucho, desde uno barato (seguramente fabricado industrialmente con PVC) hasta uno verdaderamente artesano, que puede sobrepasar fácilmente los 200 euros o incluso mucho más. Como no cualquier joven tiene el dinero necesario para invertir en un instrumento tan poco frecuente, mucho acuden a las apuestas para poder adquirir uno. ¡Y vaya que funciona! Cada vez más jóvenes acuden a sitios web que utilizan el dinero para comprar instrumentos musicales de gran calidad. Es verdaderamente una inversión a largo plazo, porque un buen didyeridú dura toda la vida.
- Como los mejores instrumentos están fabricados a mano y con técnicas tradicionales, es imposible que dos didyeridú suenen igual. Esto significa que lo ideal es escuchar el instrumento antes de comprarlo, por lo cual se recomienda comprarlo en una tienda física y no por internet. No hay un sonido “correcto”, con lo que lo importante es escucharlo, seguir el instinto, y decidir en el momento.
- Por último, siempre se recomienda comprarlo en tiendas que garanticen que los instrumentos están fabricados por comunidades aborígenes. La diferencia en el sonido es notable.