El alto precio en el que se situaron las viviendas en España, hicieron que los jóvenes que se querían independizar o que aquellos que se tenían que ir a estudiar fuera y no quisieran compartir vivienda no tuvieran más remedio que vivir en estudios. Pequeñas habitaciones de, como mucho, 50 metros.
La pregunta que muchos se hacían era cómo se podía vivir en un lugar con 30 metros. Sofa-cama, mesa de estudio, televisión y todo completo. Así es como se imaginan muchos la vida en estos pequeños hogares, pero no es así.
Lo primero de todo es conocer el lugar en el que habitas. Quizás el principal problema es que estemos acostumbrados a vivir en grandes hogares donde la mitad de las cosas que guardamos no las necesitamos. Armarios de más, juguetes de niños, utensilios que no utilizamos desde hace años… Aquí no. Aquí se vive con lo necesario.
El segundo paso, y más importante en la distribución. Lo primero de todo es organizar la casa del modo que entre la mayor luz posible, para dar más visión al piso. Después aprovechar todo al máximo.
Una de las cosas que da amplitud es la separación de habitaciones. Muchos piensan que la mejor solución es un sofá-cama, pero no. No hay que andar convirtiendo la habitación en dormitorio y viceversa dos veces al día.
Tener tu cama en un dormitorio favorece otro aspecto. Vas a vivir solo, no necesitas más que una silla. Si alguna vez tienes invitados, puedes disponer de sillas plegables, las cuales puedes guardar bajo la cama. No es lo más glamuroso del mundo, pero hay que recordar que es un piso de 30 metros.
Respecto a los muebles hay que saber organizarlos. Si los ponemos en las esquinas nos quedará más espacio en el centro, siendo importante situarlos en torno a la ventana, para que la luz exterior nos muestre que tenemos amplitud.
Si la luz natural es importante, también lo será la artificial. Colocar las lámparas en lugares estratégicos es esencial. Cuanto más alto sea el techo, mejor.
Y por último la cocina. Es cierto que en estas viviendas se suele recurrir a la cocina americana. Pero una cocina de este estilo, pequeña también debe ser bien decorada y aprovechar al máximo tu espacio, no podemos poner una lavadora entre el horno y el lavavajillas.
Parece difícil, pero, con una buena organización, un piso de 30 metros puede resultar tan acogedor y encantador como una casa de 225 metros. Eso sí, olvídate del enanito para el jardín.